martes, 8 de noviembre de 2011

Resucitando

A veces no se resucita, ni se vuelve a nacer, ni se alinean los planetas... Simplemente se conoce uno realmente a sí mismo por encima de también conocer lo que le rodea y, entonces, se sonríe.

"Existe una única libertad: la verdad. Existe una única esclavitud: la mentira" Proverbio Chino.

Cuando alguien, ya habréis escuchado, dice: ayer casi muero porque (imaginad cualquier tipo de situación fatal) y sigo vivo, hoy he vuelto a nacer.

¿No os preguntáis un poco profundamente por qué? No nos quedemos en la respuesta fácil de: Nos ha fastidiado, ese tipo dio 66 vueltas de campana y ha sobrevivido, si a mí me hubiera pasado lo mismo estaría igual.

Lo cierto es que a partir de ese acontecimiento, el individuo después de la catástrofe se ha sumergido en algún tipo de retrospección personal involuntario y ha llegado a la conclusión de que ahora quiere cambiar algo sus prioridades de vida, se ha planteado sobre ella y sobre la muerte, y también va a cambiar una actitud muy importante: ahora va a disfrutar de ella: ¿no es eso ser uno mismo? ¿no es eso ser libre?

Si tenemos que esperar a que ocurra una catástrofe, lo cierto es que, también, nuestras vidas están llenas de catástrofes, diarias, constantes, escondidas en dos de las fuerzas más mazmorriles de la naturaleza: la rutina y la excusa.

La rutina: como es rutina, debe estar bien; hace que todo nos pierda importancia, es un velo que colocamos sumisamente a cosas de las que antes sí veíamos bien todos los colores y ahora parecen cada vez más oscuras, casi que ni las vemos a pesar de estar ahí, día a día, y ajenas a nuestro control, intocables.

NO, no son intocables, ni inamovibles, sólo requieren la valentía personal de "un empujón"; y el velo es de "pon y quita"

Y la excusa: la más tenaz de todas ellas: lo hace todo el mundo. Como los demás están "igual", y no hacen nada para cambiarlo, como los demás llevan el mismo rumbo y el mismo camino, será porque no hay nada que cambiar, que está bien, que no estoy haciendo nada mal, que estoy bien. ¿Estás bien? ¿De verdad? (Recordad que no es lo mismo no estar mal, que estar BIEN)

Me atrevo a decir que el defecto más importante que tenemos, el que realmente esconde a todos nuestros demás defectos e incluso virtudes, es el de engañarnos.

No nos engañemos. No nos engañemos más.

Hagamos exámenes de conciencia. Tenemos TODO el derecho. Equivoquémonos, erremos, seamos unos inútiles, pero sepámoslo. Sólo entonces acertaremos, y seremos los inútiles de nosotros que, también, hacemos las cosas mejor que nadie.

El dinero no se come y el alma no pesa.

No queramos teletransportarnos, a través de la esperanza, a un estilo de vida mejor. Caminemos libres tranquilos y disfrutando del viaje.

Os dejos este tema de M Clan, escondido porque, no nos engañemos, aunque TODOS piensen que este grupo es sólo "Carolina, trátame bien" a la verdadera música, al igual lo que de verdad nos puede acercar más a la felicidad, a ser nosotros mismos, se llega a través de nuestra inquietud sin cadenas y, luego, para gustos los colores.


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